Corpo de tango

Bajo el solazo de enero
elegimos "el picado".
Con los dos arcos cruzados
que revoleamos primero,
de "pique" quedó "el tachero"
por no jugar "el petizo"...
Es que la madre no quiso:
tenía botines nuevos...

La pelota era de treinta,
comprada en delegación...
Su bautizo fue "un tapón"
que casi mas la revienta.
«-Pierde, paga!», fue el alerta
que se le dio al afanado
que la pateó de "abocado"
teniendo la cloaca en puerta.

Empezamos a jugar
con un pique entreverado,
que, por mirar al costado,
nadie saltó a cabecear...
La tuvimos que parar
porque venía una vieja
que entre rezongos y quejas
no acababa de pasar...

Jugando con la pared,
-que es el wing que más la pasa-,
si es que un balcón no rechaza
de a traición en "reculié"-,
cantando se la dejé
al hijo del carbonero...
¡Se gambeteó hasta el arquero!
Cuando vino... ¡lo abracé!...

Retemblaba el empedrado
en esa tarde de enero...
¡Es de fierro el uno a cero
cuando es parejo "el picado"!
De "yapa" se había asomado
el padre de Genarito...
y el pibe sacó limpito
un "balazo" de "El pelado".

Por culpa de aquella chata
nos hicieron el empate.
Y le gritamos "¡cerrate!..."
Y va el "ruso", y se abatata.
¡Si al picar entre las patas
la patea al cadenero!...
Llegaron ellos primero...
y "nos metieron la tapa".

El guardapolvo anudado,
que cuando se embolsa el viento
hace "joroba de adentro",
ya lo tenía manchado...
Con el pecho había parado
un rebote de pared
que hizo volar el cartel
de: "¡Ojo! Recién pintado".

De apurado la fue a "pifiar"
por no pararla el "Gordito"...
y fue un tranvía maldito
que la vino a destrozar...
La tuvimos que mirar
serenita por la vía...
Fue un cachito de agonía...
y a quedarse sin jugar...

El más pibe del "picado"
la trajo partida en dos
y el "gordo" juró por Dios
que veinte tenía guardados
y que mañana o pasado
iba a tener otros diez...
ya lo había dicho otra vez
que la perdió de "afanado"...

A la orilla del cordón
nos sentamos aburridos
a mirar entristecidos
nuestra pasada ilusión
que mostraba el corazón
en dos mitades abierta...
¡pobre pelota de treinta
comprada en delegación!...


La pelota de treinta (poema lunfardo)
Héctor Gagliardi (1909-1984)

Fotografía de Dn. Pepito, facilitada por Pablo Vidal

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