Corpo de tango 


Se deschavó la sordina con voz ronca de malevo una noche de confidencia delante de un copetín; desde entonces bien presentes las palabras siempre llevo de aquel muchacho de línea sin poses ni berretín. En asuntos de mujeres cada cual juega su carta, yo conozco muchos ranas que se han casado después, el amor es un anzuelo donde el más lince se ensarta y donde se pierden muchos envidos con treinta y tres. Sobre eso no des consejos ni al que es tu mejor amigo y menos si anda enredado con alguna cusifai; es como llevar sardinas pá que las vendan en Vigo o como mandar naranjas a Asunción del Paraguay. Procurá no darte dique con las treinta y tres de mano, esperá que el otro envide y después lo revidás, vos sabés que no es derecho, ni es canchero, ni es humano faroliarle en compadrito cuando al otro lo sobrás. Cuando entrés a una carpeta donde vayás convidado desconfiá de las barajas y los puntos al jugar; un mango tiene más fuerza que un caballo desbocado, y en la timba hasta tu viejo te va a tirar a matar. Procurá cortarte solo y piantá de la reclame, la patota y la reclame son compromisos de honor. Ya dijo un consejo gaucho: «El buey solo bien se lame». Yo digo:Pá ciertas cosas si no se lame mejor. No le des bola al amigo que es necio si anda mamao, es siempre un lío a la fija que hay que saber evitar, mamate de vez en cuando que eso no es nigún pecado pero hay que saber mamarse como hay que saber jugar. No saqués nunca de grupo el bufoso ni el cuchillo si no es pá jugarte entero en un momento fatal. La tristeza de un recuerdo lo hizo poner amarillo como si un remordimiento le hiciera un copo final...


Consejos reos
Celedonio Flores (1896-1947) 


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