Corpo de tango

¿Te acordás, japonesita?
Nos conocimos una tarde,
allá en mi Buenos Aires.
En ese mi Buenos Aires lindo,
que después también fue tuyo.
Mientras yo te enseñaba a bailar tangos
vos me hablabas de tu tierra,
de tu gente, de tu sol.
Me susurrabas palabras en tu idioma,
en ese idioma tibio, de la ternura y el amor.

Tenía tu tristeza el eco de Hiroshima
tu voz surgió en un canto que hablaba del perdón
Japonesita linda, llevaste a mi tierra
la magia de tu raza y el fuego de tu sol.

Hoy llego a tu Japón
(¡tu Japón, mi Japón)
que tanto presentí
(que en tu amor conocí)
¡Japonesita linda
que adivino en mi recuerdo
melancólica y febril!
Ya estoy en tu Japón
(¡tu Japón, mi Japón)
el sueño se cumplió
(aunque ya no estés tú).
Voy buscándote en los ojos
de muchachas que sonríen
con idéntica dulzura.
Y hoy, por las calles de Tokio,
voy envuelto en la leyenda
que tu voz me susurró.



¿Dónde estás japonesita?


Letra de Norberto Aroldi

Música de José Basso





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