Corpo de tango

Cuando estés en la vereda y te fiche un bacanazo, 
vos hacete la chitrula y no te le deschavés;
 
que no manye que estás lista al primer tiro de lazo
 
y que por un par de leones bien planchados te perdés.


Cuando vengas para el centro, camina junando el suelo, 
arrastrando los fanguyos y arrimada a la pared,
 
como si ya no tuvieras ilusiones y consuelo,
 
pues, si no, dicen los giles que te han hechao a perder.


Si ves unos guantes patito, ¡rajales!; 
a un par de polainas, ¡rajales también!
 
A esos sobretodos con catorce ojales
 
no les des bolilla, por que te perdés;
 
a esos bigotitos de catorce líneas
 
que en vez de bigote son un espinel...
 
¡atenti, pebeta!, seguí mi consejo:
 
yo soy zorro viejo y te quiero bien.


Abajate la pollera por donde nace el tobillo, 
dejate crecer el pelo y un buen rodete lucí,
 
comprate un corsé de fierro con remaches y tornillos
 
y dale el olivo al polvo, a la crema y al carmín.


Tomá leche con vainillas o chocolate con churros, 
aunque estés en el momento propiamente del vermut.
 
Después comprate un bufoso y, cachando al primer turro,
 
por amores contrariados le haces perder la salud.


¡Atenti, pebeta!
Letra de Celedonio Esteban  Flores

Fotografía de Bárbara Kent







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